Diferencia entre las clasificaciones de resistencia al fuego CAL 117 y CAL 133

Comprender las clasificaciones de resistencia al fuego de los muebles al adquirirlos en China
12 de octubre de 2023 por
Diferencia entre las clasificaciones de resistencia al fuego CAL 117 y CAL 133
Clemens Rudolph

Introducción

Al embarcarse en la selección de materiales y acabados externos para su futuro proyecto de construcción comercial o industrial, garantizar el cumplimiento de los estándares mínimos de clasificación contra incendios se vuelve primordial. Este cumplimiento es fundamental para mantener la seguridad general de cualquier edificio. Adherirse a estos estándares es más que un requisito legal; es una responsabilidad moral y ética que afecta directamente las vidas y la seguridad de los ocupantes del edificio. En particular, esto subraya la importancia de las inspecciones de calidad rigurosas, especialmente cuando se consideran compras de fabricantes nuevos o desconocidos.

Por qué las clasificaciones de resistencia al fuego son importantes a la hora de comprar muebles

Las clasificaciones de resistencia al fuego no son solo estándares técnicos; son herramientas fundamentales para la gestión y mitigación de riesgos en cualquier proyecto de construcción. En el contexto de la adquisición de mobiliario para su proyecto, hay dos factores críticos que merecen atención: la resistencia al fuego de los materiales y sus capacidades de contención del fuego. La interacción entre estos elementos afecta significativamente la seguridad de los materiales frente a los incendios y su capacidad para extinguir rápidamente los incendios.

La resistencia al fuego inadecuada de los materiales de los muebles puede provocar una rápida propagación del fuego, lo que crea condiciones peligrosas y aumenta el potencial de pérdida de vidas y propiedades. Por lo tanto, es fundamental comprender las clasificaciones de resistencia al fuego y cómo se aplican a los distintos materiales. Existen diferentes estándares de clasificación de resistencia al fuego en todo el mundo que cubren diversos elementos, como sistemas de rociadores, aislamiento, materiales de construcción y muebles. Básicamente, a cualquier material con potencial de encenderse o contribuir a un incendio se le asigna una clasificación específica que refleja su capacidad para resistir o reducir un incendio.

Comprender estas normas de resistencia al fuego es fundamental para orientar la elección de materiales para los próximos proyectos de construcción, en particular en áreas sujetas a estrictos códigos de seguridad contra incendios. Estas normas se vuelven aún más cruciales cuando se adquieren muebles de países como China, donde pueden aplicarse diferentes normativas y normas de calidad. Dos de las normas más importantes en este sentido son la CAL 117 y la CAL 133. En este artículo, analizaremos en profundidad estas normas, sus diferencias y por qué son importantes para las decisiones de adquisición.

¿Qué es CAL 117? Conceptos básicos

CAL 117, o Boletín Técnico de California 117, representa una norma para toda la industria que se aplica predominantemente a muebles tapizados en los Estados Unidos y Canadá. Dada la prevalencia de materiales inflamables como madera, espuma y tela en diversos entornos, garantizar la protección contra incendios de los muebles es de suma importancia. CAL 117 está diseñado para evaluar el desempeño de los tratamientos ignífugos (como pinturas, revestimientos y otros materiales extintores) que se aplican a los muebles para minimizar el riesgo de ignición y retardar la propagación de las llamas en caso de incendios.

La norma de clasificación de resistencia al fuego CAL 117 implica un proceso de evaluación de dos etapas para determinar la resistencia al fuego y las propiedades de contención de un material. La primera etapa se centra en la capacidad del material para resistir el fuego, denominada Clasificación de resistencia al fuego (FR). Esta clasificación se clasifica de la siguiente manera:

  • FR-0: El material no ofrece protección contra el fuego. Es muy inflamable y no contiene propiedades ignífugas.
  • FR-1: El material puede extinguir un pequeño incendio y proteger los muebles del calor moderado. Este nivel es adecuado para materiales que están tratados para resistir la ignición pero que no son muy duraderos en condiciones intensas.
  • FR-2: El material puede resistir un calor moderado durante un breve período. Es adecuado para materiales que ofrecen un nivel moderado de resistencia al fuego, que se encuentran normalmente en entornos residenciales o de bajo riesgo.
  • FR-3: El material puede soportar calor extremo durante un período breve. Estos materiales proporcionan un mayor nivel de protección y suelen utilizarse en espacios públicos o entornos comerciales donde el riesgo de incendio puede ser mayor.
  • FR-4 o superior: los productos clasificados en este nivel se consideran capaces de resistir el fuego durante un período prolongado. Estos materiales son fundamentales en áreas donde existe un riesgo significativo de incendio o donde es necesario maximizar los tiempos de escape.

La segunda etapa, conocida como Clasificación de Contención del Fuego (CR), evalúa la rapidez con la que el material puede detener el progreso de un incendio:

  • CR-0: El material carece de capacidad para contener el incendio, permitiendo que éste se propague rápidamente.
  • CR-1: Se necesitan 30 minutos o más para extinguir un incendio. Esta clasificación indica un nivel de contención más bajo.
  • CR-2: Se necesitan 15 minutos o más para extinguir un incendio. Este nivel ofrece capacidades de contención moderadas.
  • CR-3: El producto puede extinguir un incendio en 10 minutos. Esta clasificación representa el nivel más alto de eficacia de contención.

Entendiendo la norma CAL 133: un estándar más estricto

En comparación, la CAL 133 es una norma de clasificación de resistencia al fuego estipulada por Underwriters Laboratories (UL) y está dirigida principalmente a muebles tapizados destinados a su uso en entornos comerciales. Aunque la CAL 133 comparte algunas similitudes con la CAL 117 en lo que respecta a la seguridad contra incendios, adopta un enfoque más estricto y regula específicamente los materiales de los muebles que se emplean en espacios públicos. Estos espacios abarcan edificios gubernamentales y oficinas de empresas privadas que albergan al menos a diez empleados. En consecuencia, la CAL 133 se destaca como una de las normas de clasificación de resistencia al fuego más rigurosas para muebles.

La clasificación CAL 133 también consta de dos etapas que evalúan la capacidad del material para resistir y contener el fuego. Las categorías de Clasificación de Resistencia al Fuego (FR) son similares a las de CAL 117:

  • FR-0: El material no ofrece protección contra el fuego. Es altamente inflamable y no contiene propiedades ignífugas.
  • FR-1: El material del mobiliario puede extinguir un pequeño incendio. Este es un nivel básico de resistencia al fuego.
  • FR-2: El material puede resistir un calor moderado y protegerse de dicho calor. Este nivel ofrece una protección moderada, adecuada para entornos menos riesgosos.
  • FR-3: El material puede soportar calor extremo durante un período limitado. Esta clasificación es fundamental para entornos comerciales donde el riesgo de incendio puede ser elevado.

Sin embargo, la norma CAL 133 va más allá del alcance de la norma CAL 117 al implementar una prueba de elementos a gran escala, evaluando no solo los materiales utilizados sino también toda la estructura del mobiliario. Este método hace que la norma CAL 133 sea más estricta, integral y, en última instancia, más confiable para entornos de alto riesgo.

Distinguiendo CAL 117 de CAL 133

En esencia, la norma CAL 117 sirve como estándar básico para evaluar la inflamabilidad de los muebles tapizados en los Estados Unidos y Canadá. Por el contrario, la norma CAL 133 sirve como un sistema de clasificación integral diseñado para los muebles tapizados destinados a utilizarse en entornos comerciales.

Además, la norma CAL 133 amplía su alcance para incluir muebles tapizados en lugares públicos de alto riesgo, como hospitales, guarderías infantiles, residencias de ancianos, centros penitenciarios, estadios públicos, auditorios y zonas de reunión. Esta amplia aplicación convierte a la norma CAL 133 en una de las normas de clasificación de resistencia al fuego más estrictas de la industria del mueble.

Mientras que la norma CAL 117 se centra principalmente en los materiales de relleno y las telas que se utilizan en los muebles, la norma CAL 133 realiza una prueba de elementos a gran escala, evaluando la resistencia al fuego de toda la estructura del mueble. Este método de prueba más exhaustivo es una de las razones por las que la norma CAL 133 se considera una clasificación de resistencia al fuego más severa que la norma CAL 117.

A burning chair

Desafíos de las pruebas

Es esencial reconocer que la norma CAL 133 plantea un desafío considerable para los fabricantes de muebles. Durante las pruebas, un mueble, como una silla, un sofá, un taburete, una otomana o un banco, se somete a una ignición durante 80 segundos utilizando un quemador de gas. Este riguroso proceso de prueba considera varios factores, entre ellos la temperatura, las emisiones de monóxido de carbono, la generación de calor, la producción de humo y la pérdida de peso. Las mediciones de estos factores se comparan meticulosamente con los criterios de prueba establecidos por el organismo regulador para determinar la calificación de cumplimiento o incumplimiento del mueble.

La naturaleza exigente de esta prueba, junto con los costos asociados, la convierte en una carga financiera sustancial para los fabricantes de muebles. La preparación del artículo de prueba, el envío al laboratorio de pruebas y el pago de los costos de prueba, que pueden ascender a entre $500 y $600, contribuyen a los desafíos y gastos que enfrentan los fabricantes para cumplir con las normas CAL 133.

Conclusión clave

Si bien es posible que no esté familiarizado con las complejidades de las clasificaciones de resistencia al fuego CAL 117 y CAL 133, es fundamental reconocer su papel fundamental como protocolos de regulación para muebles. Estas normas desempeñan un papel fundamental en la protección de los consumidores al garantizar que los muebles cumplan con los estrictos requisitos de seguridad contra incendios.   

A pesar de los desafíos financieros que enfrentan los fabricantes y los gerentes de proyectos para cumplir con estas normas, es esencial reconocer que estos esfuerzos reducen sustancialmente el riesgo de propagación de incendios dentro de los edificios comerciales e industriales. La resistencia al fuego de los muebles, según se evalúa en estas normas, es fundamental para contener los incendios y, lo que es más importante, para salvar vidas durante las emergencias por incendios. Por lo tanto, es responsabilidad de las personas que buscan muebles comerciales o residenciales estar alerta y priorizar la verificación de las clasificaciones de resistencia al fuego de los materiales antes de tomar sus decisiones de compra.

Conclusión

En conclusión, comprender las diferencias entre las clasificaciones de resistencia al fuego CAL 117 y CAL 133 es esencial para cualquier persona involucrada en la adquisición o el diseño de muebles tapizados. Estas normas no solo garantizan el cumplimiento de las normas de seguridad contra incendios, sino que también desempeñan un papel crucial en la protección de vidas y propiedades.

A medida que la industria del mueble continúa evolucionando, será fundamental mantenerse informado sobre las normas de seguridad contra incendios y los avances tecnológicos. Al priorizar la seguridad contra incendios en el diseño y la fabricación de muebles, las partes interesadas pueden contribuir a un entorno más seguro para todos.  

Ya sea diseñador, fabricante o consumidor, conocer las clasificaciones de resistencia al fuego y sus implicaciones puede llevar a tomar decisiones más responsables que prioricen la seguridad sin comprometer el estilo. En un mundo donde la seguridad contra incendios es primordial, comprender y cumplir con las normas CAL 117 y CAL 133 no es solo un requisito reglamentario; es un compromiso para proteger vidas y garantizar la seguridad de nuestros entornos. 



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